Reír sin razón aparente
es liberar el alma de manera inconsciente,
llorar de la misma forma
es cuestionarse el por qué de esta emoción
que la mayor parte del tiempo viene a mí como tormenta inesperada,
como viento embravecido cuando minutos antes
sólo sentías la brisa que acaricia tu rostro bajo el sol.
Sentir, sentir, sentir,
no reprimir,
no controlar,
no cuestionar,
y de pronto se torna en un círculo vicioso que no tiene fin.
No hay culpa tampoco miedo,
por el contario tras un par de suspiros al aire percibo la calma
y me siento tranquila, tengo paz para después reír, reír, reír…
sólo por dentro de manera discreta y en el rostro se muestra serenidad.
Me siento bien.
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Así como a veces se llora de felicidad... también es posible reir de tristeza...
ResponderEliminarLindo pensamiento el tuyo, que tengas un excelente día